«commo entraua la reyna en la camara del enfermo estaua e reuenia todo colorado: e suspiraua: e gemia con dolor inmenso. poco menos que si el suelto espiritu de las aflictas carnes salliesse. e con esto penetro el sabio medico la verdat del fecho. pero no contento requirio el pulso del mancebo el qual quando Estraconitas era presente con mouimiento mayor de·las venas denunciaua su anciosa e aquexada passion e »