«los desiertos. Era de sotil e muy eloquente palabra. Recuente se d·el que en la edat de infancia durmiendo en la cuna abeias venieron e pusieron le mel en la boca. La qual cosa enterpretaron los philosophos. diziendo que de su boca deuia salir abundosa dulçura de eloquencia e singular sabiduria. Recita sse d·el auer passado en Ytalia e en Egipto: solo con deseo de aprender e con esto »