«aquellas odoriferas aguas cuya suauidat mas paresce celeste que terrena. e de aquellos asianos perfumes: o olores: cuyo olor enagena toda virtud humana: sabe que non toma delectacion destemprada nin plazer o gozo sobrado: ante loando el fazedor de·las cosas: siente su bueno dulce e agradoso olor. Quiero fablar pues el tiempo adebda e lo padesce de su inestimable prudencia e verdaderamente digo que esta las tres caras de prudencia »