«dio el languido espirito. E luego pensando que su fijo como viesse el acaescido caso le seguiria se fue. E sin mucha dilacion Ardanlier llego trayendo en las ancas del fermoso cocer vna fiera que matara. A do vista aquella fenescida que mas que su vida amava e por quien su muerte menospreciaua: sabida la trista ventura maldizia la rauiosa Fortuna: por que tan allegado le diera con su capital enemigo: »