«e con timidos coraçones gridaron a Moyses. Adonde nos traxiste. a padescer iuntamente las penas largamente sostenidas. muy meior era en seruidumbre beuir que no en la boca del cuchillo prestamente fenescer. A·los quales Moyses respondio. No temays gente syn fe e sy esperança attendet e vereys las marauillas de Dios. Los egipcios que agora veys jamas a·vos sera possible de·los ver. e tendiendo la su diestra sobre »