«miserables infortunados lloren perpetuamente su aduersidat. faz soberana señora de·las cosas mundanas lo que te suplico e yo me profiero de fazer vn templo a·la tu deidat consagrado. E otras vezes la pauorosa muerte llamaua por las seguientes palabras. O furiosa muerte ven a·mi e dexa el mi vnico fijo. Las mis rugas a·ty llaman. e por ti reclaman las mis canas. Sigue lo deuido no comas »