«e señoras: ca los reyes las acatan. los grandes señores las sieruen. los prelados las aguardan. e la otra gente las adora. e lo que mas inpossible paresce el summo pontifice. las obedesce de·lo qual son testigos los mortales cuyos tristes gemidos reclaman por la pauorosa trompa: el su subsidio demandado. e la vara del iusto juez requiriendo. las llamas infernales encienden e los royos tizones apareian a·la vengança. »