«los ornamentos sacerdotales a cuyas humildes prezes poca reuerencia ni amor mostraua. vencido de las plegarias de su madre se partio del sitio segund en la glosa de Vecturia se manifiesta. E assi los desconoscidos romanos llenos de jngratitud ouieran la penitencia de su delicto sy la insigne matrona los no redimiera. El qual vicio de ingratitud es de foyr commo a pestilencia irreparable. Ca no solo a Dios e a·»