«la muerte los de flaco coraçon la llaman e la dessean: y commo yo no sere poderoso de me dar la muerte: por cierto si. E tomada la cruel espada jnhumanamente se firio e fizo salir la virtuosa anima del cuerpo. E boluiendo la fermosa donzella veyendo aquel assi mortalmente llagado con biua rauia de amores besaua la fria boca e con llagrimas el amarillo gesto regaua e en fin echo·»