«tan cansados trasnochados y perdidos. Començaron pues la batalla: y entraron tan de rezio los vnos en·los otros: firieron tan brauamente que passo muy gran pieça que todos pensauan leuar ya lo mejor. El rey de Aragon sobre todos entro con tanta furia y denuedo que todos los puso en espanto: o si houiera diez tales animos: quan cierta que fuera la victoria: mas houo pocos que le seguiessen que cauallos y caualleros»