«quales todos con animo grande guardan esta ysla y ciudad de Rodas como refugio mucho seguro de·la cristiandad. Houo dos mancebos que a·la guarda de·la dicha torre eran asignados y emprendieron echar en·el agua todas las armas: despues yr se luego a·los enemigos: lo qual sabido por·el maestre mando les ambos cortar las cabeças. Los turcos infieles siempre pensando como el fin suyo ver pudiessen a .xxvj. del mes de junio»