«que a nigun otro: començo a desconfiar de su dicha que siempre a·los tales los acusa la consciencia: y como se viesse quasi çercado por cada parte que por la mar salir no podia sin dar en la armada del rey: por la tierra menos osaua que el principe de Taranto estaua poderoso de aquel cabo: fuyo de noche y boluio·se faza Roma donde a·la postre al passante del castillo de Sant Angelo fue detenido»