«señores ni proprietarios empero ministros y despenseros. El mal de·la soberbia toda pestifera tiene ya todo este mundo enponçoñado que ya pareçe vna marauilla pensar en·ello ni que le oyamos: por ende todo este mal dolor y arrogancia que viene del misero nuestro nacimiento muy trabajoso penar lo encierra: a cuyo trabajo el mas penado de quantos se fallan en fin lo destruye: lo qual se dize vna forçada necessidad de nuestro morir: a»