«conuenible juez. Aqueste amor que Cupido se llama, o maldizentes, en el ser humano jncluso e de seleste jmpresion ajudado las naturales fuerças fechas con·las suyas vna mesma cosa, ha tanto poder en nosotros que nj arte nj anjmosidad, nj sciencia nj otra fuerça njnguna en contra d·ell preualesce ya. E aquesto se vee no solo per continuas experiencias mas por exemplo de Sesar e de Ercules, de Aristotil, de Salamon»