«Ysidoro, y su verdura por el sol no se obscuresce. No hay piedra tan preciosa a·los ojos de·los que la tallan como la esmeralda: y quando es bien labrada recibe en si las figuras y ymagines de·los que la miran como vn espejo. E por esto reza Ysidoro que Cesar miraua las batallas de·los caualleros en vna esmaralda que el hauia. D·esta piedra hay .xij. maneras,»