«e en dapnaçion del anima del onbre avariçioso. Dize Seneca: los dineros deuen ser comandados e non obedeçidos. Dize mas: despues que los dineros fueron en prission, el amor de·los onbres fue perdido todo. Asy como la enfermedat persygue al enfermo tanto, fasta que lo mete dentro en·el lecho, asy el avariçia persigue el onbre avariçioso, fasta tanto que lo ha metido dentro en·el infierno. Dos generaçiones de»