«vino a el e començo le de rogar que le pluguiesse dexar venir su mujer a el solo porque el rostro le viesse: ca dezia hauer ella passado muchos peligros. Entonçe respuso le que nunqua acostumbro ver mujeres endemas despues que se encerro en el monesterio de aquella peña. E el tribuno porfiaua mas suplicando e affirmando que si no le viesse sin duda morria en gran tristura. E como vna »