«assi como las virtudes de Dios. Por ende si en nuestro corazon houiere vicios quando viniere el diablo principe d·ellos como a propio señor le dan lugar e entrada como a cosa suya. E dende viene que los tales no pueden hauer paz ni reposo mas siempre estan turbados e espantados. E agora de vana alegria horas de desaprouechada tristura son combatidos: ca tienen dentro de si el morador puesto »