«roydo de·los pies leuantadas començaron de venir para nos e encalçar·nos. Mas nos con gran grito e miedo invocamos el nombre de Crhisto cuya misericordia nos ayudo: e las bestias que contra nos se hauian leuantado como si el angel las desuiasse: luego cayeron en el lago. E nos aprissa corriendo aquexamos a·los monesterios dando gracias a nuestro Dios que nos libro de tantos peligros e nos mostro tantos »