«la cabeça de la sirpiente porque luego enteramente al principio no recibamos malos e suzios pensamientos en nuestro corazon. Pues quanto mas nos cumple que las fantasias no se derramen por nuestros sentidos: quando aquellas luego quando comiençan nos manda desechar.§ Mas haun aquello nos amonestaua que en·las virtudes del animo el vno al otro viença ni sufra cadaqual ser menor en esto que su proximo. E dende dezia.§ »