«yermo en donde començo de morar faziendo dia e noche sin cansar oracion. E aquella cient vezes en el dia e otras tantas de noche fincadas las rodillas presentaua a Dios. E vsaua mas de manjar celestial que de humano. Era su vestir vna como dalmatica de stopa sin mangas e vn panyo de lino donde su cuello e cabeça embolvia: los quales vestidos dezian hauer le turado en el desierto »