«ser defendida. E con la gentil e dulce fabla inclina le el animo e doblega le a la codiciar carnalmente. E despues entre las graciosas palabras mezcla se juego e risa e alarga su atreuida mano a la barba e pelos so color de le honrar e comiença le de apalpar blandamente la cerviz e frotar la garganta. En fin por abreuiar lieva se catiuo al cauallero de Christo. E començo »