«siguiente a los acostumbrados officios de rezar e cantar mas tenia los ojos e el pensamiento catiuado. E como segun acostumbraua a·la noche entrando buscasse el comer fallo el pan en·la mesa muy negro e seco e como de mures o canes rosigado. Entonçe el quando esto vido gemio e derramo lagrimas empero no assi de corazon ni tan abundantes que podiessen la llama de tan gran fuego amatar. »