«ca por esto nos manda Dios guardar de·la cabeça de la sirpiente porque luego enteramente al principio no recibamos malos e suzios pensamientos en nuestro corazon. Pues quanto mas nos cumple que las fantasias no se derramen por nuestros sentidos: quando aquellas luego quando comiençan nos manda desechar.§ Mas haun aquello nos amonestaua que en·las virtudes del animo el vno al otro viença ni sufra cadaqual ser menor »