«salido a·la temprança del sol: yazian durmiendo cabe las orillas del lago: tanto que a nosotros que no lo sabiamos parecian muertos. E como llegassemos por ver la marauillosa grandeza de aquellas bestias que pensauamos ser muertas: luego que sintieron el roydo de·los pies leuantadas començaron de venir para nos e encalçar·nos. Mas nos con gran grito e miedo invocamos el nombre de Crhisto cuya misericordia nos ayudo: e »