«Lucio Silla, como su prefecto, no con poca mano de caualleros acompanyado, ya la batalla començada, s·en fuesse passado a·los enemigos, dixo que de mandamjento suyo era fecho, por la qual razon, no solamente retrayo los coraçones de·los caualleros de confusion, antes los confirmo so alguna esperança de vtilidat, que se deuia segujr d·este conseio.§ Este mesmo como sus valedores por·el enujados, cercados por los enemigos fuessen»