«la garganta. En fin por abreuiar lieva se catiuo al cauallero de Christo. E començo luego de turbar se en si mismo e encender se no recordando se de·los trabaios passados ni de la religion ni de su proposito e faze pleytesia con el carnal desseo de su corazon. E entre los secretos de su pensamiento faze aliança con su falso codiciar e abaxa el desventurado sus lados e torna »