«que su muerte fuera tal que dias no consintio que alguno a el entrasse. E assi fincadas las rodillas en oracion rendio el spirito.§ De sanct Hor abad.§ Vimos en Thebas otro varon de gran reuerencia llamado Hor padre de muchos monasterios que en el mesmo habito angel parecia. Hombre de anyos con la barba luenga e de·la blancor de las canas resplandiente de rostro e presencia tan alegre que »