«ninguna cosa de la tierra ni de la carne codician no ternan el poderio del cielo. Ca algunos d·ellos vimos de toda maldad pensamiento e sospecha tan ajenos que ni se recordauan haun si se fazia algun mal en el mundo. E tanto era el reposo de su ymaginacion e tanto se les hauia convertido en vso la affection de la bondad que d·ellos se podia con razon dezir: »