«no sea derribado de todos tus bienes. Respondio le otra vez la voz diuina: Echa te la mano a·la cerviz e lo que apañares aprieta e couija le debaxo de·la arena. E el sin mas tardar echo se la mano a sus cervizes e tomo como vn pequenyo ethiope e luego le puso so el arena: e el otro daua vozes e dezia: Yo soy el diablo de sobervia. »