«ledo en el rostro e de tanta gracia que entre los hombres angel parecia. E como de noche poco tiempo ha segun hauemos oydo le houiessen entrado ladrones estimando fallar le thesoro con la oracion sola assi los ato que fincados en sus puertas mouer no se podian. E de mañana como viniessen a el la gente acostumbrada e viessen a su puerta los ladrones querian los quemar. E el forçado »