«vosotros ni temeys a Dios ni haueys verguença de turbar la vida de·los que le sierven. E posiendo los dentro del monesterio puso les la mesa e mando que comiessen. E aquellos remordidos en su corazon e de toda la crueza de su pensamiento ya convertidos en breue fueron mejores que muchos otros que ante de ellos començaron de servir a Dios: ca tanto aprouecharon por la penitencia que no »