«confonden. Por ende luego las deue el onbre alançar de·ssi. Ca ansi como el coraçon virtuoso es conparado al çielo. en·el qual Dios faze su morada. por quanto non deleytan a Dios los tenplos resplandesçientes njn los altares njn piedras preçiosas, escultidos o labrados, mas el alma ornada de virtudes. la qual meresçe ser çielo llamada. Ansi por el contrario el coraçon lleno de pecados con razon es llamado»