«los habitantes de aquella region non podian sobre leuar tanto enbargo nin tenplar tan poderoso mal. Por eso acordaron yr a otras partes a buscar su vida e dexar la su propria tierra pues labrar non la podian. Nin avn los saluajes fructos coger. E mucho menos los huesos de los sus muertos esconder en sepultura. Todos los engeños fuerças e paranças ya prouadas contra la dicha sierpe sin fructo o prouecho. Non auian reposo para»