«triste señal de·la muerte de çerca aparesçiente con·la su amargura. E de·la priuaçion, o perdiçion de·la gloria mundana, podra ser alguno ligeramente consolado. Ca çierto es que toda gloria mundana es engañosa. e toda fermosura es vanagloria. La qual vanagloria muy breuemente es demostrada quando el muy alto señor santo padre es coronado. Ca entonçe ençienden vna estopa, e lançan la en alto, e ansi ençendida luego»