«no podeys ser en no les ser danyoso habremos por partido: ahunque segund lo que por vuestra letra deziys ya me pareçe que os conoceys en la culpa: y os arrepentiys de·lo errado: y non era menester con migo tan grande temor. Pues en vuestra mano esta el bien o el mal que en las damas consiste. Como a·mi pediys que vuestra vida scape bien se que conoceys que al mando vuestro ha de obedeçer»