«Por·cierto a nos mismos engañamos: con el amor desordenado: que tenemos a la carne. Que destruira aquel fuego: sino tus peccados? Quanto mas perdonas agora a ti mismo: e sigues la carne: tanto mas dura mente lo pagaras despues: e tanto mayor causa de quemar guardas. En las cosas que el hombre ha peccado: en aquellas sera mas graue mente punido. Ende seran punidos los perezosos con ardientes aguijones. e»