«e angustia del coraçon: como en la consolacion. E puesto que nunqua los quisiesse dar alguna consolacion: siempre lo alabarian. e siempre le querrian dar gracias. O quanto puede el amor puro de Jesu sin mezcla de algun prouecho: o amor propio. No son quiça propiamente dichos mercenderos: los que siempre buscan consolaciones: No son quiça mas amadores de si mismos. que de Christo: los que siempre piensan en sus prouechos»