«te contra ti mismo: e no suffras que reyne en ti la inchada soberuia. Mas faz te tan subiecto: e pequeño que puedan todos andar sobre ti: e hollar te como al lodo de·las plaças. O hombre vano de que te has de quexar? O peccador suzio que puedes contradezir a los que te maltrahen: hauiendo tantas vezes offendido a Dios. e merecido tantas vezes el infierno. Mas perdono te»