«andar sobre ti: e hollar te como al lodo de·las plaças. O hombre vano de que te has de quexar? O peccador suzio que puedes contradezir a los que te maltrahen: hauiendo tantas vezes offendido a Dios. e merecido tantas vezes el infierno. Mas perdono te mi oio: por que fue tu alma preciosa en mi presencia: por que conosciesses mi amor. e fuesses siempre agradecido a mis beneficios: e»