«del Amor de Dios dize quasi a altas vozes. O celestial Hierusalem: casa lumbrosa: a ti sospire e dessee en mi pelegrinaje. E possea a mi en ti: el que fizo a ti e a mi. Onde Bernardo en·las omelias sobre aquella palabra, missus est, dize. O quan glorioso es aquel reyno: en·el qual los reyes ayuntados se allegaron juntamente a loar: e dar gloria a aquel que es sobre todos»