«ende mas en las palabras. en tanto que a penas luego se le deua creer: lo que a prima faz parece justo. quan discretamente nos amonestaste: que nos guardassemos de·los hombres: e que los enemigos del hombre: son los de su casa. Ni es de creer: si alguno dixiere: vedes aqui: e vedes alli. El daño me enseña. pluguiesse a Dios que para mayor seguridad: e no para mayor ignorancia.»