«de cosas carnales. Dios mio no te alexes de mi: ni te apartes en tu ira de tu sieruo. Alumbra tus relampagos: e destruye las. Embia tus saetas e turben todas las fantasias del enemigo: Recoge todos mis sentidos a ti. faz me oluidar de todas las cosas mundanas. otorga me de lançar luego: e desechar las fantasmas de los vicios. O eterna verdad socorre me que ninguna vanidad me mueua.»