«mi todas las soberuias: e presumpciones del coraçon. Prouecho es para mi que la verguença ha cubierto mi cara: para que busque antes a ti para consolar me: que a los hombres. E haun he deprendido de esto: de espantar me de tu iudizio: que escodriñar no se puede. Ca tu affliges al iusto con el malo: mas no sin egualdad e iusticia. Gratias te fago: que no has perdonado a»