«qual ningunos son los propios merecimientos. ni se deuen estimar los dones de·la natura. Ca señor ninguna cosa valen delante de ti las artes: nada las riquezas: nada la fermosura: o fortaleza. nada el ingenio: o la eloquencia sin gracia. Ca los dones de·la natura: communes son a los buenos e a los malos. mas el propio don de·los escogidos: es la gracia: o amor: del qual senyalados:»