«muchas vezes te he dicho, que conujene morir este onbre por todo el pueblo, etcaetera. Pues dexa me ya non me atormentes, y con tus quexas, e afligas mj coraçon. Syn dubda ninguna mas angustia me pones tu con tus palabras, e ruegos, que non la muerte del fijo. Yo quiero de todo en todo que tu fijo muera entre los ladrones, asy como vno d·ellos porque todos vean,»