«oreja, e pego ge·la, e sano·lo. E non embargante aquel milagro. ataron·le fuertemente, e dixo·les entonçes Jhesuchristo. Asy como a·ladron salistes con cochillos, e lanças a·me prender. Como fuese continuadamente çerca de vos otros en·el templo enseñando, e nunca me prendistes. Mas esta es la vuestra ora, e el vuestro poderio de·las tinjeblas. E todo esto es fecho porque se cumpla la escriptura»