«d·ello duda ninguna hauia ni podia poner·se: y acabado de ganar la causa en la corte de Roma y delante el papa la fue luego a ganar en la corte diuina delante de Dios. Ca fino la bienauenturada reyna dentro en Roma: y fizo nuestro Señor tantos miraglos por ella que toda la corte quedo espantada. Resplandeçio d·essa vez en Roma y la gran deuocion y tan constante fe del rey don Pedro que»