«onbre de toda aquella tierra, pensando en tanto de mal como fecho avia llamo tres fijos suyos, e dixo·les fijos mios, yo vos ruego e vos mando que vosotros despendays del argento alla donde neçessario sea, ca la mia voluntad non podria sostener de despender, e avn si lo fiziese non fuera ninguna cosa agradesçido, ca mas fuerte es la pena del avariçia que non la de·la muerte, ca yo conosco la»