«por la ciudad llego por le besar la mano. El rey pensando que el mismo era dixo le que no era costumbre de reyes besar las manos a otros reyes. No le plugo d·esto al comunero aquel: ca bien conoçio que el rey le tenia en mala figura: mas dissimulando lo mas que pudo lo que dissimular no podia. Señor ( dixo el ) yo nunca Dios quiera que me tenga por rey ni por»